Las entregas programadas son una tendencia cada vez más demandada para el tráfico de mercancías y soluciones logísticas. También representan un objetivo diario para las empresas de transporte. Con esta modalidad de entrega se fija una franja horaria estrecha, entre dos y tres horas, dentro de las 24 o 48 horas posteriores a un encargo o compra.
La viabilidad de este tipo de soluciones para todas las empresas es problemática y se enfrenta a retos de muy diversa índole. Por ejemplo, en consultoría logística el momento de la recepción de un envío presenta el número más elevado de incidencias.
En las grandes ciudades es donde más se reclama este tipo de servicio. Y, al tiempo, la velocidad de entrega está más condicionada por factores ajenos a la empresa transportadora, tales como el tráfico. También aparece una ligera concentración de días y de horas sobre las demás alternativas del calendario semanal.
Las ventajas del proceso logístico en entregas programadas
El ecommerce ha sido el gran dinamizador de esta clase de servicios y la causa principal de su popularidad. Para el cliente online, el habitual cumplimiento de los plazos establecidos por el vendedor es un requisito básico para generar una buena experiencia de compra.
El efecto que describen las encuestas de mercado para una entrega programada perfecta es la creación de fidelidad. Sobre todo, hacia los agentes involucrados en el proceso. La cadena de suministro o supply chain forma un sistema donde participan organizaciones, personas e información. Y aquí se encuentra el verdadero motor de estas tareas.
Cabe subrayar la contribución del servicio al desarrollo de la movilidad sostenible. Esto es así, pues reduce a la mínima expresión las repeticiones de las entregas por ausencia del receptor en domicilio como primera causa.
En definitiva, las entregas programadas están en un momento de crecimiento imparable y su evolución futura irá de la mano de innovadoras capacidades tecnológicas.