Este término, que fue acuñado por el gobierno alemán para describir la fábrica inteligente o la fabricación informatizada con todos los procesos interconectados por el internet de las cosas, se caracteriza por procesos industriales que funcionan a partir de sistemas inteligentes. Este concepto viene determinado por la interconexión, la digitalización de la información y el uso de aplicaciones informáticas en la nube en la gestión logística.
Y se basa en ejes como la hiperconectividad, la robótica o el Big Data. Así, supone un avance respecto a la revolución 3.0, sustentada en un mayor nivel de automatización, a partir de la electrónica o la producción en cadena, de la segunda revolución industrial, así como el telar mecánico, de la primera. Y en este caso, los procesos del transporte del futuro y del crecimiento logístico, también tendrán que adaptarse a este nuevo modelo.
Esta Logística 4.0 supone la adaptación de la cadena de suministro a las nuevas formas de producción industrial. De este modo, las industrias o fábricas inteligentes serán capaces de conectarse con otras fábricas dentro de la cadena de valor con el objetivo de mejorar los productos, los procesos y los modelos de negocio para poder ofrecer al cliente final una reducción de tiempos, de costes y de errores. Los retos a los que se enfrenta en el presente son:
- Reducir los tiempos de respuesta
- Apostar por la Smart Logistic
- Apostar por la omnicanalidad real
- Controlar la trazabilidad de todo el proceso
La digitalización de la logística, no solo supone operar con una sola unidad en toda la cadena logística sino un aumento en la productividad, gracias a las nuevas tecnologías y la conectividad, esencial en este sector y en la distribución logística.
Pero, dentro del comercio internacional, en una economía global y con las nuevas formas de consumo que suponen el crecimiento del comercio electrónico a niveles de dos dígitos, la logística inteligente es clave para la reducción de los tiempos de entrega.
La logística 4.0 se ha implantado para transformar el transporte marítimo, terrestre y aéreo junto con la cadena de suministro, y la capacidad de adaptación con la que cuenten las empresas logísticas para ello va a suponer su competitividad.